viernes, 11 de enero de 2013

Paradigmas y modelos educativos


Una vez definida la didáctica y habiendo tenido un mayor contacto con ella, pasaremos a definir y establecer diferencias entre los distintos paradigmas y posteriormente los modelos educativos.
Podemos encontrar estos modelos en la lectura de los paradigmas y son unívocos y isomórficos, esto es, que tienen la misma naturaleza y estructura.

Respecto a los paradigmas, distinguimos entre cuantitativo, cualitativo y mixto.
El paradigma cuantitativo, también denominado positivista o tecnológico. pretende cuantificar los procesos y resultados de la enseñanza-aprendizaje  mantuvo una posición hegemónica entre el S XX y los años 80. El paradigma cuantitativo se impuso como método científico en las ciencias y más tarde esto se extrapoló a la educación.y arrancó entre finales del S XIX y XX
Podemos decir que este paradigma presta más atención a las semejanzas que a las diferencias, tratando así de explicar y analizar las causas de los fenómenos.

El paradigma cualitativo surge como alternativa al previamente explicado porque el paradigma cuantitativo tuvo diversos problemas a la hora de solucionar ciertos problemas. Surgió así este nuevo planteamiento basado principalmente en la etnografía y la antropología que empezó a manifestarse en los años 60 pero que experimentó su momento de máxima importancia en los 80, extendiéndose por EEUU y Europa. 
Podríamos decir que este paradigma es más "comprensivo", es decir, más subjetivo, da importancia a  la comprensión de situaciones desde las perspectivas de cada participante según en qué situación. El paradigma cualitativo no busca tanto la explicación, sino la comprensión, estudiando una situación concreta profundamente y profundizando en las diversas causas de los hechos.

Por último hablaremos del paradigma mixto, paradigma en el que se aúnan características del cuantitativo y el cualitativo y en el que todos aprenden de todos.

Una vez enumerados y explicados los tres paradigmas, pasaremos a hablar de los cinco modelos de enseñanza-aprendizaje.

Modelo academicista: Este modelo es un modelo estricto característico de la educación tradicional en el que la base del currículum son sin duda los contenidos. En este modelo el profesor es el que está en posesión del conocimiento y se limita a transmitirlo a los alumnos, que son grupos homogéneos. La metodología consiste en clases magistrales, y los recursos didácticos son los conocimientos del docente y su autoridad. Se evalúa mediante la memorización, reproduciendo los contenidos impartidos por el docente.

El modelo conductista tiene como base los objetivos, que se consiguen mediante los contenidos; se ha de conseguir modificar las conductas, es decir, lo que importa es el "saber hacer". De mismo modo que en el academicista, los grupos son homogéneos y con las mismas necesidades. Este modelo, que tiene como formador a un modelo de referencia, presta mucha importancia al aprendizaje, a través de respuestas-estímulos que afectan a la conducta. Se potencia el desarrollo de los aprendizajes individuales, empleándose refuerzos para conseguir la respuesta que se pretende conseguir. Los recursos empleados son tecnológicos, aunque en este modelo también goza de gran importancia la motivación. La evaluación consiste en saber poner en práctica el "saber hacer", en llevar a cabo una recreación de las conductas.

Modelo humanista: En este modelo es muy importante la comunicación entre el educador y el educado. En este modelo, a diferencia de los anteriormente explicados, se tiene en cuenta las características de cada persona, es decir, se trata a los individuos de un modo personal, individual. Se pretende desarrollar cualidades y características personales, que se concretan en valores y actitudes. Los contenidos son los instrumentos para desarrollar actitudes y valores que poseen un carácter informal Las metodologías empleadas son dinámicas de grupo y estrategias de relaciones afectivas que tienen como fin elevar la autoestima y el auto-concepto. Los recursos son sencillos, como por ejempo un mural, que sirven para desarrollar itinerarios formativos preparados por los formadores, que son animadores personales y dinamizadores del aprendizaje. En la evaluación se pretende conseguir la participación y realización de trabajos en grupo para conseguir la responsabilidad y autoevaluación, de modo que es una evaluación subjetiva.

Modelo cognitivista: la base de este modelo es el desarrollo de procesos mentales y la toma de decisiones por parte de los participantes, de modo que el docente enseña algo y los discentes son los encargados de generar el nivel de procesamiento. En este modelo la clave es “saber transferir”, es decir, el docente tiene la voluntad de enseñar y el discente de aprender, consiguiendo así llevar a la práctica lo aprendido en cualquier contexto. El grupo destinatario, es un grupo homogéneo que debe estar en el mismo nivel de desarrollo. El objetivo de este modelo es desarrollar los procesos mentales (recoger información, priorizarla), adoptar el conocimiento adquirido a contextos diferentes, es decir, “saber transferir”. El contenido es in instrumento para el desarrollo de procesos mentales, en el que tiene especial importancia la estructuración, el análisis y la solución de los problemas. Ha de realizarse todo con los mismos medios. En cuanto a la metodología cabe destacar que es un aprendizaje significativo en el que se pasa de lo simple a lo complejo, es decir, de lo fácil a lo difícil, consiguiéndose así el dominio del contenido.  Los recursos son las competencias del formador apoyado por recursos didácticos tecnológicos. La evaluación consiste en poner en práctica lo aprendido en cualquier contexto y en la definición de estrategias de solución al problema. El formador es un especialista en el tema que conoce los principios y teorías del aprendizaje y que ayuda a procesar la información y a resolver determinados problemas.
Para terminar, hablaremos del modelo sociocrítico, que surge de la necesidad que tenía España a comienzos de la democracia de transformar el país y que se caracteriza por la comunicación multidireccional. Es sin duda un modelo subjetivo que fomenta la libertad de pensamiento y que se posiciona ideológicamente en el cambio, en la transformación social y en el compromiso, en el que el eje del currículum son los grupos destinatarios, formados por grupos sociales y culturales con necesidades formativas y de emancipación y participación en su entorno. Los objetivos son la transferencia e impacto al contexto social en el que se da y la metodología es grupal, usándose técnicas de análisis situacional, resolución de problemas y transferencia de resultados. Los recursos son documentales, casos, gráficos, presentación de análisis,etc.  La evaluación consiste en la búsqueda grupal de alternativas de intervención y el formador es un animador socio-político con capacidad de detectar necesidades.

Como se ha visto, a lo largo de la historia han ido surgiendo diverso modelos educativos, cada uno de ellos con sus aportaciones y limitaciones. Opino que no hay que cerrarse en un modelo, que dependiendo de las personas, las situaciones, las necesidades, etc. Conviene elegir un modelo u otro. Aunque sí es cierto que veo bastantes inconvenientes en el modelo academicista, porque se limita a la transmisión de información desde el docente hacia los discentes, sin tener en cuenta sus particularidades  provocando la absorción de los conceptos de forma pasiva y acrítica, es decir, sin cuestionarse nada por parte de los discentes.
Tras explicar los diversos modelos nos podemos plantear que cuál es el modelo que utiliza Almudena en sus clases. Aunque creo que no hay una respuesta clara para esta cuestión, lo que está claro es que no emplea el modelo academicista, y si tuviera que decantarme por uno me decantaría por el modelo cognitivista, pues ella intenta transmitirnos unos conocimientos que tenemos que poner en práctica en cualquier contexto.

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