En una EPD de Didáctica Almudena
nos puso la película "Fuerte Apache", película española de Mateu
Adrover que refleja la problemática realidad que en ocasiones se da en los
centros de menores. Cuenta la historia de Toni, que trabaja como educador en un centro tutelar de menores.
Le quedan unos pocos años para jubilarse y siente que ha fracasado en su vida
personal, mientras sigue día a día con su vida laboral en la que se implica
mucho. Sin embargo, el ingreso en el centro de Tariq, un niño magrebí de
la calle que quiere conseguir los papeles e ingresar en la universidad hace que
todo cambie. Es un chico educado y que ansía aprender y ser ayudado.
En esta
película se ven realidades tan duras como son la delincuencia y la drogadicción,
pero Fuerte Apache es una historia de segundas oportunidades, de la importancia
de mantener la esperanza aun cuando parece no haber motivos para ello.
Una vez hecho un pequeño resumen de la película,
como en todas las entradas, hay que buscar una relación con la asignatura de
didáctica.
Yo distinguiría dos modelos en esta película: por
una parte, observo el modelo humanista que utiliza Toni, que podemos ver en el
interés por hacer crecer a las personas, en los estrechos lazos y la
afectividad que se crea entre Toni y Tarik, que les lleva a sentir una
debilidad mutua.
Por otra parte, señalo el modelo academicista
empleado por el director del centro de menores que se limita a conseguir los
objetivos que persigue el centro, sin importarles las preocupaciones,
necesidades y motivaciones de los chicos.
Como comenté en alguna entrada anterior, creo que
para dedicarte a la educación social ha de gustarte tu profesión, ha de ser
algo con bastante carga vocacional, y este es un punto que se ve reflejado en
esta película pero inversamente: cuando surge algún tipo de problema los
educadores sociales se reúnen tratando así de trabajar en grupo, y algunos de
ellos parecen estar apáticos, desganados e incluso amargados. Esto afecta
negativamente a la resolución de los problemas de los individuos atendidos.
Aunque en estos centros se realiza una labor
importante en cuanto a ayuda a menores se refiere, se plantea un grave problema
y es que cuando estos niños salen nadie garantiza su bienestar, y hay grandes
posibilidades de que recaigan en los anteriores problemas. En otras palabras,
el centro de menores se limita a apoyar a estos niños hasta que cumplen 18
años, que se ven abandonados a su suerte cuando cumplen esta edad. Ejemplo de
esto es una escena en la que aparece un chico que había estado en el
centro de menores que volvía borracho apelando a la falta de implicación del
centro tras la mayoría de edad, gritando que todo era una mentira.
Esto es porque las instituciones simplemente
atienden a los chicos mientras son menores de edad, etapa en la que su
educación debe encomendarse a alguien pero una vez que la superan se encuentran
perdidos y la labor de los educadores se difumina. Creo que una posible
solución es crear programas de seguimiento para garantizar la reinserción de
estos chicos o crear centros a los que los chavales puedan acudir si se
encuentran con cualquier tipo de problema; de lo contrario, considero que se
trata simplemente de cumplir con la legalidad que obliga a que estos chicos
sean atendidos, pero no existe una preocupación real para su reinserción y
reeducación.
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